La Generalitat se ha blindado para evitar que los patrimonios familiares se beneficien de la exención fiscal de las herencias de empresas familiares. Su nueva norma de Sucesiones subraya la imposibilidad de que las SICAV eludan el tributo.
El nuevo proyecto de Ley del Impuesto catalán que grava las herencias ha levantado ya el temor de algunas de las grandes asociaciones empresariales de la comunidad. La razón: que el texto especifica directamente que «la exención del 95% de la que se benefician las herencias de las empresas familiares no puede extenderse a las sociedades de inversión (SICAV) que sus propietarios suelen incluir como parte de la compañía», señalan desde uno de los despachos que ha asesorado a estas asociaciones.
La versión de la Generalitat defiende que «la situación no ha cambiado» respecto a la interpretación que siempre debería haberse dado a las leyes vigentes. Y añade que esta práctica de impago en las herencias nunca debería haberse iniciado. La postura de las grandes fortunas afectadas, por el contrario, asegura que el nuevo texto cierra la puerta a una laguna legal que había servido para eximir del pago por Sucesiones -con un tipo que puede llegar hasta el 31%- a un buen número de altos patrimonios ubicados en el territorio catalán.
El mecanismo fiscal ahora zanjado no era excesivamente complejo y sí muy difundido. Puesto que las herencias de las empresas familiares prácticamente no pagan impuestos, algunos asesores fiscales no tardaron en decidir incorporar a estas empresas las sociedades de inversión en las que los propietarios de las compañías agrupaban sus fortunas personales.